Entre los años 2008 y 2009, junto con algunas fábricas de vidrio con las que colabora, realiza un interesante estudio sobre el uso, y el consiguiente ahorro, que se puede conseguir con las botellas ligeras.
Estos datos, aplicados a un millón de botellas, hacen comprender perfectamente como cada pequeño paso hacia botellas más ligeras ejerce un impacto positivo y perfectamente calculable en nuestra salud y la del planeta.
El uso de la botella de Burdeos de 400 g en lugar de la de 570 g genera importantes beneficios ambientales. Nuestras fábricas de vidrio evalúan un consumo energético por cada kg de vidrio producido comprendido entre 12 y 15 MJ (Megajulio), especialmente en función del porcentaje de vidrio reciclado.
Si a esto se añaden los costes de transporte y de eliminación, podemos considerar como media un consumo energético total de 15 MJ por kg de vidrio producido, equivalentes a una emisión de alrededor de 2,7 kg de CO².
Al pasar a la botella ligera, el ahorro energético es más que considerable:
(Ahorro= (570-400)X15/1000=) 2,55MJ, que corresponden a 459 g de CO²ahorrados por cada botella producida.
Además, cada botella ligera permite ahorrar unos 200 g de materia prima virgen además de reducir las emisiones de óxidos de nitrógeno y anhídrido sulfúrico a la atmósfera, los cuales son responsables de la lluvia ácida y del GWP (global Warning Potential), es decir del potencial de calentamiento global o efecto invernadero.
Teniendo en cuenta que una berlina genera alrededor de 200 g de CO²por km recorrido, el primer millón de botellas ligeras equivaldría a 2,3 millones (459/200x1 000 000) de km ahorrados, lo que equivale al consumo de cien coches con un recorrido de 23 000 km cada uno.
O el equivalente al consumo anual de 100 hogares de montaña de 100 m². O bien, dado que el consumo doméstico de energía eléctrica a partir de fuentes primarias genera alrededor de 750 kg de CO²por habitante y año, por lo general un millón de botellas, el total equivale al consumo anual de 600 personas.
Banfi ha pasado del estudio a los hechos, y casi toda la producción —excluyendo los vinos de largo envejecimiento— utiliza botellas de menor peso, lo que equivale a aproximadamente el 30% respecto a las botellas usadas anteriormente y, por lo tanto, a una mayor atención al medioambiente.
Desde el año 2009, Banfi ha pasado de utilizar botellas de 570 g a botellas ligeras de 400 g y, desde el segundo semestre del 2014, el peso se ha reducido aún más llegando a los 360 g. Desde el año 2009 hasta la fecha, hemos utilizado en total más de treinta millones quinientas mil botellas ligeras. En particular, a partir de la segunda mitad del 2014, se han utilizado seis millones de botellas de 360 g de peso.
Los beneficios medioambientales obtenidos se pueden resumir en un ahorro de materias primas por valor de 6340 t (6,34 millones de kg), con un ahorro de energía equivalente a 6 340 000 kgx15MJ/kg=95 100 000 MJ (igual a 26 416 666 kWh). En consecuencia, se redujeron las emisiones de anhídrido carbónico (CO2). El anhídrido carbónico total emitido en la energía total producida de 0,32678g/kWh (fuente ISPRA 2013) deriva en menores emisiones equivalentes a alrededor de 8 700 000 kg.